
24 Sep Consejos para evitar lesiones al jugar al golf
La primera vez que un jugador pisa el tee con la ilusión intacta, apenas imagina lo que su cuerpo está a punto de afrontar. Lo que parece un movimiento fluido y sencillo —un swing elegante, un golpe certero que manda la bola al cielo azul— es, en realidad, una de las acciones más exigentes y repetitivas de todo el deporte. No son los metros de drive los que marcan la diferencia a largo plazo, sino la capacidad de cuidar cada articulación, cada músculo y cada hábito. Porque el golf, además de precisión y estrategia, exige respeto por el cuerpo. Y ahí está el secreto: disfrutar del juego evitando lesiones que pueden truncar no solo una vuelta, sino toda una temporada.
En Vistabella Golf, lo sabemos bien. El campo, diseñado para sacar lo mejor de cada golfista, también es un escenario donde la preparación, la técnica y el sentido común se convierten en aliados para mantener la salud y el placer de jugar durante años.
Las lesiones más comunes en el golf
El golf no es un deporte de contacto, pero eso no lo hace menos exigente. La repetición de movimientos, las posturas mantenidas y la potencia que requiere cada swing pueden provocar lesiones si no se juega con cuidado. Estas son las más habituales:
- Lumbalgia y problemas lumbares: derivados de la rotación constante y, en muchos casos, de un core poco trabajado. Se evitan con ejercicios de fortalecimiento abdominal y una técnica de swing depurada.
- Epicondilitis (codo de tenista o de golfista): inflamación de los tendones en el codo, muy frecuente en quienes aprietan demasiado el grip o golpean con tensión. La prevención pasa por relajar la muñeca, usar palos adecuados y estirar bien antes de jugar.
- Lesiones de muñeca: la articulación sufre con cada impacto, especialmente en golpes desde el rough o en swings con exceso de tensión. Mejorar la técnica y fortalecer antebrazos es fundamental.
- Tendinitis de hombro: una de las zonas que más se cargan en golf, sobre todo si se juega muchas veces a la semana sin descanso. Trabajar la movilidad y la elasticidad del manguito rotador es clave.
- Dolores de rodilla: aunque menos frecuentes, aparecen por la torsión en el swing o por jugar demasiadas vueltas seguidas. Un buen calzado con sujeción y fuerza en el tren inferior son la mejor defensa.
Conocer estas lesiones es el primer paso. El segundo, aplicar medidas preventivas que nos permitan disfrutar del golf con confianza.
Empieza con un buen calentamiento
El error más común de muchos golfistas es saltarse el calentamiento. Llegar al tee, pegar un par de swings en frío y pensar que el cuerpo reaccionará igual que a los 20 años es un billete directo a una sobrecarga.
Un calentamiento efectivo no requiere más de 10 minutos: movilidad articular para hombros, caderas y muñecas, estiramientos dinámicos y algunos swings suaves con el hierro medio. El objetivo es despertar al cuerpo, no fatigarlo. El cambio se nota desde el primer golpe: mayor fluidez, más control y menos riesgo de tirones o bloqueos.
Técnica depurada, lesiones evitadas
Un mal gesto repetido cientos de veces se convierte en una receta perfecta para el dolor. El swing, con toda su belleza, puede ser también un castigo si no se ejecuta correctamente. Hombros forzados, giros lumbares excesivos o un mal agarre son responsables de gran parte de las lesiones más habituales en golf.
Contar con el apoyo de profesionales es clave. En academias como la de Vistabella Golf, los profesores no solo enseñan a embocar más putts o a ganar distancia, también corrigen posturas que protegen el cuerpo a largo plazo. La técnica correcta es la mejor póliza de seguros para un golfista.
Fortalece el core y protege tu espalda
Si hay una zona que sufre especialmente en golf, esa es la espalda. Cada swing implica rotación, extensión y fuerza explosiva. Sin un core fuerte, toda esa energía se concentra en la zona lumbar, que termina reclamando su factura.
La solución es entrenar fuera del campo. Pilates, yoga o rutinas funcionales centradas en abdominales, glúteos y lumbares hacen que la espalda resista mejor la exigencia del juego. El beneficio no es solo preventivo: un core fuerte también aporta potencia y estabilidad, mejorando la calidad del golpe.
El material importa (y mucho)
No todo depende del cuerpo. Jugar con palos que no se adaptan a la altura, fuerza o estilo del jugador multiplica el riesgo de tendinitis o sobrecargas. Lo mismo ocurre con grips demasiado pequeños, shafts excesivamente rígidos o un calzado sin la sujeción adecuada.
Invertir en un fitting profesional es invertir en salud. Un material personalizado hace que cada golpe fluya con naturalidad y evita compensaciones que terminan en molestias. En la pro-shop de Vistabella Golf, las mejores marcas y el asesoramiento experto se convierten en aliados de cualquier jugador que valore tanto la comodidad como el rendimiento.
Hidrátate y escucha al clima
El clima mediterráneo es uno de los grandes atractivos de la Costa Blanca: sol, luz y temperaturas suaves durante casi todo el año. Pero esa misma ventaja exige responsabilidad. La deshidratación es enemiga silenciosa del golfista: reduce la concentración, aumenta el cansancio y puede derivar en calambres o mareos.
Beber agua antes, durante y después de la vuelta es fundamental. Añadir sales minerales en jornadas especialmente calurosas ayuda a mantener el equilibrio. Y algo igual de importante: saber respetar el cuerpo. Si notas fatiga excesiva o mareo, no fuerces. El golf es un maratón de precisión, no una carrera a la desesperada.
Entrena fuera del campo
Un golfista completo no se construye solo a base de golpes en el campo de prácticas. El trabajo físico en gimnasio es la base de un cuerpo resistente y preparado. Ejercicios de fuerza moderada, rutinas de flexibilidad y algo de resistencia cardiovascular hacen que los músculos respondan mejor, las articulaciones se protejan y el swing gane estabilidad.
Cada hora invertida en preparación física es un paso hacia un golf más duradero, con menos dolor y más disfrute. Y esa es, al final, la meta de cualquier jugador: poder seguir en el campo durante muchos años.
Presta atención a las señales
Ignorar el dolor es un error que casi todos los golfistas cometen alguna vez. Esa ligera molestia en la muñeca, la rigidez de hombros al día siguiente o un pinchazo en la rodilla pueden parecer anecdóticos. No lo son.
Escuchar al cuerpo y, si es necesario, parar, es siempre más inteligente que arriesgarse a una lesión mayor. Descansar unos días, consultar con un fisioterapeuta o ajustar el ritmo de juego marcan la diferencia entre una pausa corta y semanas sin poder tocar un palo.
Juega en un entorno que cuida de ti
No todos los campos son iguales. Jugar en un recorrido cuidado, con greens impecables, calles bien mantenidas y un diseño pensado para fluir es también una forma de prevenir lesiones. En Vistabella Golf, cada detalle está concebido para que la experiencia sea segura y placentera: desde la calidad del césped hasta la atención del staff, preparado para asistir a los jugadores en cualquier momento.
Porque la excelencia no solo se mide en la belleza del recorrido, también en la tranquilidad de saber que estás en manos de un club que entiende lo que un golfista necesita.
Golf sin lesiones, golf para toda la vida
El golf es un deporte maravilloso porque no entiende de edades. Puedes empezar de joven y seguir jugando durante décadas, siempre que cuides tu cuerpo y respetes las señales que te da. Prevenir lesiones no significa tener miedo, sino disfrutar con inteligencia.
En un campo como Vistabella Golf, donde cada detalle respira calidad y cada golpe se siente como un privilegio, la experiencia se multiplica. Aquí no solo se viene a jugar: se viene a disfrutar de un estilo de vida saludable, elegante y lleno de energía.
Reserva tu tee time en Vistabella Golf
Vive el golf como debe ser: con técnica, confianza y la seguridad de estar en uno de los mejores campos de la Costa Blanca. Reserva hoy mismo tu tee time en Vistabella Golf y descubre por qué jugar aquí es sinónimo de excelencia.